Iñaki Urdangarin ya no tendrá que dormir más en la cárcel. Su buen comportamiento durante estos años en prisión y su positiva evolución en un programa de reinserción para condenados por delitos económicos han permitido que el yerno del Rey Emérito pueda pernoctar desde esta semana en la casa de su madre en Vitoria, muy próxima a la cárcel de Zaballa —donde fue trasladado para cumplir su pena por el Caso Nóos—. Sin embargo, hay muchos presos que no tienen capacidad económica ni la información necesaria para revisar sus casos y obtener beneficios penitenciarios. Incluso desconocen sus propios derechos.
